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Arqueología Mexicana Especiales

Quinametzin. Museo paleontológico de Santa Lucía

Quinametzin. Museo paleontológico de Santa Lucía

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Especial Año Periodo
110 2023 Agosto

Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin

Es posible que durante la construcción de las ciudades prehispánicas se hicieran hallazgos de animales que para entonces ya se habían extinguido. Deben haber causado mucho asombro restos fósiles de mamuts, mastodontes, gliptodontes y toda clase de animales enormes –megafauna– para los que no había explicación. Es interesante que entre las poblaciones originarias de América y de Europa también hay historias y leyendas sobre gigantes, asociadas a restos de grandes vertebrados, que vivieron en diferentes épocas. Ahora, gracias a la investigación científica, sabemos que esos gigantes son testigos de una vida que ya no existe, son elementos muy valiosos para reconstruir procesos de cambio en plantas y animales. Sin embargo, todavía encierran secretos, despiertan nuestra imaginación y nuestras reflexiones sobre el pasado y el presente, como individuos y como colectivos. Los fósiles no son gigantes que se hayan ido, siguen aquí para que los apreciemos y los investiguemos.


Índice:

Introducción. Quinametzin: los gigantes nunca se fueron

Todos los pueblos del mundo han buscado explicaciones sobre su origen, que se nutren de los saberes de los abuelos, de los ciclos del paisaje, del movimiento de los astros y de sus formas de vivir, entre otros aspectos. Los antiguos mexicanos interpretaron su presencia en el territorio a partir de un pasado lejano, en el que cada cierto tiempo una deidad se convertía en Sol y surgía una nueva forma de vida que predominaba. Ellos creían descender del Quinto Sol, pero antes, durante el Cuarto Sol, fueron creados los gigantes, a los que llamaron quinametzin.


Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin

Se presenta un croquis con las diferentes salas y espacios del Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin.


Sala 1. Geología y paleoambiente de la Cuenca de México

En la región se han estudiado las variaciones climáticas de los últimos 35 000 años mediante los restos de glaciares (grandes capas de hielo) de las montañas circundantes, los paleosuelos y los sedimentos lacustres de la región. Con base en ello, se sabe que los climas fueron más húmedos y fríos que en la actualidad, con una tendencia hacia climas más cálidos y menos húmedos a partir de los últimos 5 000 años (Holoceno Medio). Las condiciones climáticas actuales se establecieron hace aproximadamente 4 000 años, aunque el clima de este periodo ha tenido variaciones menores, que se han estudiado en algunos sitios como el Valle de Teotihuacan, en el estado de México, así como en Xochimilco y Milpa Alta, en la Ciudad de México.


Sala 2. El mamut, icónico animal del Pleistoceno Final

Los mamuts son de los animales más reconocidos entre la megafauna fósil mundial de los últimos 500 000 años. Se distinguen particularmente por sus grandes dimensiones y por ser un ejemplo frecuente en las hipótesis de las extinciones cuaternarias. Los restos de mamut que se han localizado en gran parte de México son frecuentemente reportados por la gente que efectúa algún tipo de construcción y llega a niveles con sedimentos antiguos, donde se encuentran huesos parcialmente fosilizados de gran tamaño, por lo que es imposible confundirlos con restos de animales actuales, como caballos o vacas.


Sala 3. La biodiversidad en la Cuenca de México durante el Pleistoceno Tardío

Al menos desde hace 400 años hay registros de hallazgos de evidencias fósiles en diferentes localidades alrededor de los cuerpos de agua de Chapultepec, Xochimilco, Chalco, Tláhuac, Texcoco, Xaltocan y Zumpango. Los restos de fauna son los más comunes, principalmente los de talla grande, denominados megafauna, que incluyen mamuts, mastodontes, gonfoterios, perezosos gigantes, gliptodontes, caballos, camellos, bisontes, venados, berrendos, jabalíes, dientes de sable, lobos, osos y leones del Pleistoceno. Los hallazgos paleontológicos durante la construcción del AIFA han permitido que se realice un trabajo de investigación a gran escala, con investigadores especialistas en diferentes disciplinas: biólogos, sedimentologos, geólogos, palinólogos, entre varios más. En el llamado Pasillo del Pleistoceno del AIFA además de las esculturas en tamaño real de la megafauna, se conjuntaron los sonidos de aves, mamíferos, anfibios y reptiles, y se subdividieron de acuerdo a la zona del día donde presentan su mayor actividad.


Sala 4. El poblamiento temprano en México

En la Cuenca de México, la mayoría de los hallazgos de restos humanos antiguos han sido fortuitos, producto de intervenciones para la construcción de obras o para la adecuación de los espacios. También se han hallado objetos de piedra asociados a yacimientos de fauna del Pleistoceno en sitios como Santa Isabel Iztapan, estado de México, y algunas evidencias de talla de hueso en sitios como Tocuila y Tultepec. Con base en los estudios paleoantropológicos se sabe que los fósiles humanos más antiguos del Centro de México suelen tener cráneos alargados, con bóveda craneal baja y rostros angostos y órbitas cuadradas.


Sala 5. Los fósiles y los imaginarios culturales

Los fósiles son restos que generan preguntas y diferentes interpretaciones. Para la ciencia, estos restos de organismos son evidencia de un proceso histórico y evolutivo de la vida en el planeta, al mostrar las adaptaciones de las especies a los ambientes en largos periodos. En la parte cultural, se les otorga un valor estético y un significado, por lo que resultan atractivos como adornos, amuletos, objetos curiosos y, en general, como símbolos. Son un referente en los mitos y los imaginarios desde las sociedades más antiguas hasta las actuales.


Sala 6. La excavación en síntesis

Entre los datos más interesantes de las investigaciones hasta ahora se pueden mencionar: 707 mamuts colombinos, 248 camellos, 72 caballos, 15 perezosos terrestres, 2 gliptodontes, 2 tigre dientes de sable, 1 bisonte. Otros grupos registrados son pecarís, cánidos, peces, anfibios, reptiles, aves, lo que nos da una idea clara de la rica diversidad de especies que habitaban en la orilla del lago de Xaltocan a finales del Pleistoceno Tardío. Los restos de mamut, desde hace siglos, han sido objeto de sorpresa, admiración, coleccionismo y estudio. Sus grandes dimensiones y su frecuente aparición hicieron que estuvieran presentes en el imaginario colectivo, desde la época de las culturas indígenas del México antiguo hasta nuestros días. En los resultados de las investigaciones se han conjuntado varias disciplinas, prácticas y actividades, entre ellas: conservación, montaje, estudios biogeoquímicos y de degaste dental, prospección geofísica, paleogenómica, mapas geológicos, estratigrafía, microscopía, análisis de suelos, así como estudios paleoambientales y palinológicos.


El paleoarte en el Museo Quinametzin

La muestra paleontológico-artística que se halla en el Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin reúne más de 40 piezas escultóricas, tanto de tamaño natural como lienzos de arte digital y otras de menor tamaño, que incluye siete mamuts, dos especies de perezosos terrestres, un mastodonte, un gonfoterio, un félido dientes de sable, un león americano, un oso chato, un lobo del Pleistoceno, un camello americano, un caballo americano, un bisonte gigante, un gliptodonte y un onagro americano. En el mural llamado Pleistoceno en el lago de Xaltocan los mamuts son protagonistas de la obra, pero el público debe advertir e internarse en el ambiente del Pleistoceno, con su vegetación, orografía y fauna.


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