Los Virreyes de la guerra
Los Virreyes de la guerra
Número | Año | Periodo |
107 | 2017 | Julio |
HISTORIA DE PORTADA
Gobernar en tiempos de guerra. Los virreyes de Nueva España que enfrentaron la insurreccióna
Jaime Olveda Legaspi
A diferencia de sus antecesores, los virreyes Francisco Javier Venegas, Félix María Calleja y Juan Ruiz de Apodaca tuvieron la desdicha de ejercer el cargo durante la Guerra de Independencia. Analizar este periodo desde la perspectiva de los virreyes nos ayuda a entender la complejidad de esa revolución: los valores y los intereses opuestos, los propósitos de cada ejército y las aspiraciones personales de los líderes a lo largo de los once años que duró el conflicto, de 1810 a 1821.
ARTÍCULOS:
Artesanos negros en Ciudad de México
Sandra Nancy Luna García
En la época virreinal, Ciudad de México fue uno los lugares que más concentró a negros y sus descendientes (mulatos, moriscos, pardos, lobos y morenos). En un principio llegaron a la urbe como esclavos, formando parte de la servidumbre de funcionarios civiles y religiosos, así como de los colonos, pero al estar inmersos en un medio con cierta movilidad social y económica se dieron cuenta de las formas a las cuales podían acceder para conseguir su libertad: compra o donación. Dichas posibilidades permitieron el crecimiento de la población libre, que junto con los vínculos familiares y el estatus económico que algunos miembros de la comunidad negra habían adquirido, ayudó a que otros más alcanzaran su libertad.
Otear la vida. Vivencias y convivencias en las azoteas de Ciudad de México
Enrique Tovar Esquivel
En la película italiana Una giornata particolare (Un día especial; 1977), del director Ettore Scola, se desarrolla una escena en la azotea de un edificio del barrio de San Giovanni, en Roma, hacia 1938; ahí, el controvertido personaje de nombre Gabriele (Marcello Mastroianni) ayuda a tender la ropa a una reprimida ama de casa llamada Antonietta (Sophia Loren). Lo atractivo del espacio son las vistosas baldosas que la cubren, recuerdo de mejores tiempos, cuando la azotea se significaba como un sitio de disfrute y no de trabajo. Nada ajeno a lo que ocurría en el México independiente del siglo XIX, cuyas azoteas se empleaban de forma similar.
¿Y dónde quedó el tololoche?
Ricardo Lugo Viñas
El gran cronista y compositor musical Chava Flores dedicó una canción a un instrumento musical muy mexicano: el tololoche. Hecho de madera y cuerdas difícilmente se carga debido a su robustez y es parecido a un contrabajo europeo, era esencial, a la par que el buen trago y la comida, en toda cantina –sobre todo si era norteña– que se jactara de su excelencia.
La desconocida historia de la cuchara
Monserrat Ugalde Bravo<
¿Alguna vez ha pensado cuál es el origen de la cuchara? ¿Quién la inventó? ¿Ha visto todos los pequeños detalles que algunas tienen? ¿De qué nos hablan? He aquí unas cucharaditas de su historia.
El arte marcial que llegó para quedarse. Una historia del karate en México
Cuauhtémoc Domínguez Nava
Esta historia comienza cuando, en julio de 1958, el nipón Nobuyoshi Murata llegó a trabajar en la importante empresa farmacéutica Takeda de México como gerente de exportaciones. Hablaba español y tenía el grado de cinta negra 2º dan en karate do shito ryu. Nadie sospechaba en ese momento que la actividad comercial mexicana con Japón abriría las puertas a la enseñanza de este arte marcial en el país.
Recuerdos del Zócalo (III). La entrada triunfal del ejército liberal a Ciudad de México en 1861
Isabel Tovar de Teresa / Magdalena Mas
¿Cómo vivieron los liberales el desfile de la victoria que encabezó el general Jesús González Ortega por las calles de la capital y que dio fin a la Guerra de Reforma contra los conservadores? En esta entrega, las autoras buscaron en memorias y documentos para evocar un día que quedó grabado fuertemente en los recuerdos de quienes lo atestiguaron.
Cien años del Excélsior
Ricardo Cruz García
Pasaban las primeras horas desde que había despuntado el alba cuando la Cucaracha ya no quiso caminar. Era el 18 de marzo de 1917 y el número inaugural del Excélsior debía estar en las calles, pero la rotativa de segunda mano, bautizada de tal forma por “vieja y fea”, se descompuso e hizo que se retrasara la impresión que marcaría el nacimiento del “periódico de la vida nacional”.