El triunfo de Vasconcelos
El triunfo de Vasconcelos
Número | Año | Periodo |
75 | 2014 | Noviembre |
HISTORIA DE PORTADA
La gran revolución educativa. El triunfo de Vasconcelos
Javier Garciadiego
En 1921, José Vasconcelos fundó la Secretaría de Educación Pública, con la firme convicción de que los mexicanos no recuperarían su dignidad sin una profunda cruzada educativa y moral. Su ambicioso ideal obtuvo grandes resultados en tan sólo cuatro años.
ARTÍCULOS:
El cruento objetivo de Stalin. La muerte de León Trotsky
Tomás F. Arias Castro
Martes, 20 de agosto, 1940. Pasan de las cinco de la tarde. El hombre llega a la casa en Coyoacán y Trotsky lo recibe sin imaginar que va a finiquitar su misión. Inmerso en la lectura de un artículo de quien simula ser su admirador, no se percata de su maniobra para sacar un piolet (el alpinismo vuelto arma mortal) y asestarlo contra su cabeza. Al día siguiente, como consecuencia del atentado, Trotsky paga con la vida su oposición al régimen estalinista. Ésta es la historia de cuando el largo brazo del líder de la Unión Soviética llegó a México.
Vasconcelos ateneísta. Los antecedentes del primer secretario de Educación
Carlos Betancourt Cid
En octubre de 1909, con la instauración de una asociación formal que tomó el nombre de Ateneo de la Juventud, presidida en un principio por el filósofo Antonio Caso, comenzó en México una etapa distinta que cosechó frutos trascendentales en la voluntad compartida por orientar, en el ámbito nacional, opiniones y posturas renovadoras que enriquecerían sin duda el bagaje cultural del México posrevolucionario. José Vasconcelos, ya un abogado prometedor de 26 años, formó parte de esta asociación desde su fundación; para 1912, cuando su nombre pasó a ser Ateneo de México, fue Vasconcelos quien presidió al grupo y comenzó su más grande proyecto: el establecimiento definitivo de la Secretaría de Educación Pública.
Los Yaquis en el destierro. De habitantes en la sierra del Bacatete a peones en la península de Yucatán
Raquel Padilla Ramos
“Estos bordados que ves no son los de antes, estos los trajeron nuestros abuelos de allá”, dijo Eulogia, una joven señora de Tórim, Río Yaqui, Sonora. Ellos, sus antepasados, sostenían una cruenta y prolongada guerra de defensa por la integridad de su territorio y sus formas de gobierno desde fines del siglo XIX. En la transición de los siglos, el coronel Francisco del Paso y Troncoso consideró que sólo tres medidas podrían establecer el “orden y progreso” en el estado de Sonora, aunque implicaban la desaparición de los indios: su deportación a tierras lejanas, la guerra de exterminio y la colonización de sus tierras. Todas se llevaron a cabo, pero de la primera hablaremos en este artículo.
Las rebeliones de los mayos en el siglo XIX
Manuel Hernández Salomón
La lucha de los yoremas o mayos en defensa de sus tierras implicó entrar en una guerra desigual con el gobierno--deseoso de impulsar el desarrollo agrícola de la zona--que derivaría en profundos cambios en el antiguo régimen de propiedad colectiva. Tras enfrentar la muerte y el destierro, los indígenas que eran dueños originarios del valle pasaron a ser súbditos de los nuevos hacendados.
Rebelde sin causa. El cine de los años cincuenta
Rafael Aviña
Entre charros, chinas poblanas, prostitutas, padrotes y madres abnegadas, el cine nacional había olvidado a un personaje que durante el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) encontraría su razón de ser y la cura a un nihilismo perdido en el fárrago del melodrama: el cine mexicano descubría a los jóvenes, al rebelde sin causa, al paria descarriado que descendía a los infiernos de la droga, la prostitución y el rock, para salir de ahí arrepentido y aleccionado en busca del redil paterno.
¡Hay barbacoa! Sabores y sinsabores de un platillo popular en la Ciudad de México del siglo XIX
Ricardo Candia
La barbacoa de borrego se ha convertido en un platillo especial de sábados y domingos para muchas familias en la Ciudad de México. No existe un mercado "sobre ruedas" que carezca de un puesto de barbacoa para consumir en el almuerzo. Es una costumbre que se ha vuelto casi ritual y donde más se produce es en el Estado de México e Hidalgo.
Herlinda Perry. La emblemática mujer en las fotos de la revolución
Arturo Guevara Escobar
En 1911, la china-mexicana Sun Far Herlinda Wong Pérez, mejor conocida como Herlinda Perry, posó para unas fotografías tomadas por Aurelio Escobar Castellanos que años después se transformaron en imágenes emblemáticas de la mujer revolucionaria. Sin embargo, la modelo de estas fotografías también fue un miembro activo de la lucha en contra de la xenofobia y el maltrato que afectaban a miles de inmigrantes orientales en México y Estados Unidos.
Primera plana. Trotsky, herido de muerte
El 21 de agosto del año 1940, el periódico El Universal publicó una crónica que hizo eco en todo el mundo: la crónica del decimoquinto atentado contra la vida de León Trotsky, exiliado de la Rusia de Stalin. La crónica fue escrita por José Pérez Moreno, novelista y periodista jalisciense. El ataque que culminó con la muerte del ex Comisario de Guerra ocurrió en su casa, la cual se encuentra en Avenida Río Churubusco, en Coyoacán.
Una fortaleza para la historia. El 27 de septiembre de 1944 abre sus puertas el Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec
Marco A. Villa Juárez
El día 27 de septiembre de 1944, la terraza del Castillo de Chapultepec fue el centro de atención con una tribuna que lucía el lábaro patrio formado con flores. A la derecha e izquierda de éste se acomodaron los lugares de funcionarios y diplomáticos, y en las terrazas laterales presenciarían el acto más de dos mil personas. Frente al palco del titular del Ejecutivo, un escudo nacional elaborado con rosas y nopales coronaba el ostentoso marco. Ese día abrío sus puertas el Museo Nacional de Historia.
La celda de Maximiliano. Mayo y junio de 1867
José Luis Blasio
El 15 de septiembre de 1867, tras el sitio de Querétaro, el emperador Maximiliano selló su rendición ante las fuerzas republicanas encabezadas por el general Mariano Escobedo. Después de permanecer en el convento de Teresitas, el 22 de mayo Maximiliano, junto con Miguel Miramón y Tomás Mejía, fue trasladado a una celda en el convento de las Capuchinas, donde vivió sus últimos días antes de ser fusilado el 19 de junio.